Al otro día la Bella Durmiente tenía muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchas ganas de tocar la flauta, pero ella no sabía tocarla y se puso triste. El príncipe se levantó y le preguntó:
- ¿ Que te pasa? La Bella contestó:
- Es que no sé tocar la flauta.
El príncipe, al verla tan triste, le dijo:
-Yo sé tocar he ido a conciertos y ya sé tocarla. La princesa, al oír la noticia, se puso muy contenta y el príncipe le dio unas clases. Aprendió muy rapido.
Una hora después salieron a la calle a tocar la flauta y atrajeron a todas las ratas y ratones. La Bella Durmiente se asusto tanto que tubo que tirar la flauta al suelo y romperla.
El Flautista de Hamelín se dio cuenta de lo ocurrido y fue corriendo al castillo. Cuando llego vio la flauta rota en el suelo. La Bella Durmiente le suplicó que les perdonara y el flautista les perdonó porque sabía que la flauta era mágica. Al final lo arregló, las ratas se fueron y el Flautista de Hamelín se quedo en su castillo durante muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho tiempo y no volvieron a coger nada de los demás.
FIN